Nuestra grasa es un tejido vivo que influye en prácticamente en todos los órganos de nuestro cuerpo. Es el director de orquesta.

Si nuestra grasa enferma tendremos problemas de salud porque habrá una cantidad elevada de hormonas que no realizarán de forma adecuada su trabajo, se creará un entorno de hormonas que causan inflamación, bajarán los niveles de unas hormonas, y subirán los niveles de otras. Es decir, no habrá un equilibrio adecuado, y cada uno irá por su cuenta sin seguir al director.

¿Cómo sabemos si tenemos una grasa sana¿ ¿Es igual una grasa que otra? ¿Qué tipos de grasa hay en el organismo? ¿Tenemos grasa parda? Estas preguntas las iremos viendo...en próximos capítulos 😉

Sólo con perder el 10% de nuestra grasa actual, en personas con sobrepeso, se mejorará el funcionamiento de nuestro tejido adiposo.

Y como hemos estado viendo requiere sus pequeños truquitos y cambios de hábitos

Estos alimentos, creados por las grandes industrias, están específicamente diseñados para engañar a nuestro Adipostato. ¿Recuerdas? Sí, el mecanismo de control de nuestro peso. El Adipostato con estos alimentos detecta que hay menos energía de la que realmente hay, y sigues teniendo hambre y más apetito por este tipo de alimento en concreto.

Verás, si con cinco sorbitos de un refresco te sacias, ¿crees que es rentable?

Ya hemos visto porqué el orden de los alimentos en las comidas es tan importante para ayudar al correcto funcionamiento de nuestra hormona-mensajero químico la insulina.

¿Es mejor comer cinco veces al día o concentro la comida en tres tomas? ¿Es malo no desayunar? ¿Qué pasa si tomo hidratos de carbono a partir de una hora determinada del día? ¿Es eso "malo"? ¿Qué son los azúcares y porqué debemos reducirlos? Estas preguntas las iremos viendo...en próximos capítulos 😉