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La ghrelina es la única hormona que se envía desde el cuerpo al cerebro. Es producida por las células oxínticas del antro gástrico. La ghrelina es contraria a la Leptina. Si recordamos la Leptina mandaba señales al hipotálamo de que estamos saciados. Pues la ghrelina hace lo contario: envía señales de que tenemos hambre.
Se alcanza un pico de producción de ghrelina antes de a hora de comer, y desciende bruscamente en la hora siguiente a la ingesta.
El aumento de concentración de ghrelina provoca que dos neurotransmisores, situados en el hipotálamo, el neuropéptido Y y el péptido relacionado con la proteína agouti (AgRP) transmitan al cerebro que tenemos hambre.
Sí, así es. Sólo tienes que volver a pensar en tú postre preferido y volverá a actuar la ghrelina. O sólo tienes que estar atento un rato antes de la hora que sueles comer...ya empiezas a tener hambre, verdad? Hasta te suena el estómago. La ghrelina estimula la producción del jugo gástrico y los movimientos del tracto gastrointestinal. Te está preparando para comer.