El control del peso. Adipostato y su regulación: Leptina

Foto by: Gerd Altmann

Mapa conceptual extraído: Experto Universitario en Nutrición, Salud y Alimentos Funcionales – UNED 2011 Alimentos funcionales y obesidad

Control de nuestro peso a largo plazo

En el control de nuestro peso a largo plazo intervienen hormonas tan importantes como la Leptina y la Insulina, que regulan las vías y depósitos metabólicos.

El Adipostato es nuestro mecanismo de regulación de peso.

El cuerpo, sabio donde los halla, mantiene el equilibrio homeostático de todos los procesos que se dan en nuestro organismo, y el Adipostato se utiliza para mantener nuestro peso equilibrado, así como, el balance energético a nivel central.

Este Adipostato controla nuestras reservas de grasa a través de diferentes mecanismos y diferentes hormonas, siendo la Leptina, una de las más importantes.

Si nuestro nivel de grasa, que nos lo indica la Leptina, es superior al que se considera deseable, nuestro hipotálamo reduce el apetito y estimula a la tiroides que eleva tu gasto energético y tus ganas de moverte más tanto de forma consciente como durante el sueño.

¿Qué ocurre en nuestro organismo cuando comemos?

Cuando ingerimos alimentos éstos, mediante la glucosa y aminoácidos, estimulan al páncreas a segregar Insulina. La insulina que es liberada por la células B del páncreas, estimula a su vez al tejido adiposo a segregar Leptina. Esta Leptina actúa sobre nuestro cerebro y le transmite: “ya no tienes más ganas de comer”

Las personas con sobrepeso, y con gran cantidad de grasa, producen la Leptina en grandes cantidades de forma proporcional a la cantidad de grasa.

Entonces, si la Leptina nos quita las ganas de comer, y los obesos presentan niveles elevados de Leptina circulante, y cuanto más cantidad de grasa más cantidad de Leptina hay, ¿por qué no adelgazan? ¿por qué siguen teniendo ganas de comer?

Se debe al fenómeno llamado “resistencia a la Leptina”

El organismo se hace resistente a esta cantidad de hormona constante, y deja de actuar sobre nuestro cerebro al que no le llega el mensaje de: “ya no tienes más ganas de comer” y la sensación de saciedad nunca llega…sigues teniendo hambre

¿Y si el hipotálamo detecta, a través de la Leptina, que tenemos niveles bajos de grasa?

Nuestra genética está adaptada a no quedarnos sin reservas. El hipotálamo recibe la señal de alarma: “no hay reservas suficientes” activándose las ganas de comer, se retrasa la saciedad en cada comida, se reduce la actividad de la tiroides: bajando el gasto energético, se limita las ganas de moverte, y se recorta el movimiento involuntario a lo largo del día y la noche.

Foto by: Steve Buissinne

Dietas muy bajas en calorías

Y aquí tenemos que hablar de las dietas muy bajas en calorías ...ay, que difícil es todo, verdad?

Ahora adelgazamos unos 5 kilitos antes del verano, y además lo queremos muy rápido que tenemos prisa. Por eso hemos hecho una dieta super chachi que nuestra vecina hizo, y que le fue super bien. Consiste en comer no más de 1.000 kcal al día.

Hemos adelgazado y estamos que nos salimos de alegría, pero te acuerdas de la Leptina?...ay si, esa hormona!!

Jolín, qué pesada!. Está en todos lados!

Pues no, está en el tejido graso, y hemos perdido parte de ese tejido, y ahora ella le dice al cerebro que tenemos mucha, pero mucha hambre, y tenemos pocas ganas de movernos.

¿Y que ocurre entonces? Pues que siempre nos gana el hambre:

🔺 El apetito 🔻 las ganas de movernos 🔺la cantidad de células grasas (=adipocitos)

En algún momento abandonamos esta dieta chachi de la vecina y volvemos a comer, y entonces no sólo volvemos a recuperar los kilitos perdidos...es que nos llevamos unos más de regalo...ay que mal!!

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Es el "efecto rebote"

1.- Tenemos el metabolismo más lento, y un exceso de calorías porque comemos más (la Leptina actuando). Es decir, comemos más y por desgracia gastamos menos. Nuestro metabolismo se ha ralentizado ( se reduce la actividad de la tiroides, bajando el gasto energético, se limita las ganas de moverte) y nosotros le estamos aportando muchas más calorías de las que le da tiempo a gastar, y además la acumulamos como grasa.

2.-Al tener que acumular este exceso de grasa, las células de grasa (adipocitos) retoman el tamaño inicial: grandes y con capacidad para acumular los excesos.

Por lo que con cada dieta fallida, y con su posterior efecto rebote, nos dificulta más la pérdida de grasa en el futuro. Volvemos a nuestro estado inicial con nuestros adipocitos grandes y repletos de grasa para asegurarnos que no pasamos penurias.....

Entonces si queremos adelgazar, ¿tenemos sólo que disminuir calorías y movernos más para gastar calorías? Pues no es tan sencillo....verdad?

Si sólo hacemos esta disminución calórica tendremos mucha probabilidad de fracasar. De hecho existe un 95 % de fracaso en este tipo de dietas porque el HAMBRE siempre nos va a ganar la partida.

Mediamodifier

Diferentes estrategias

Podemos utilizar diferentes estrategias que nos ayudarán a alcanzar nuestro objetivo, y aquí entra nuestro plan nutricional elaborado por etapas, y adaptando hábitos como son el orden de nuestras ingestas, comer la proteína adecuada a nuestro peso que impida la pérdida de masa muscular ( es uno de los grandes enemigos de las dietas), ejercicios de fuerza; que mantiene el nivel muscular y evitan bajada de nuestro gasto metabólico, evitar las ultraprocesados, que están creados para engañar al adipostato y hacernos creer que seguimos teniendo hambre, realizar recargas, descanso de dietas..etc

Os suena, verdad?? Espero que si!!

Tú genética te predispone pero no te determina